martes, 12 de mayo de 2015

Técnica Nº5 - 5º Electromecánica - 5º MMO

Los códices 
Los códices son manuscritos pictográficos o de imágenes realizados  por los indígenas de México y América Central. A los encargados de elaborar los   manuscritos se les  llamaba Tlacuinos, los que escriben pintando en náhuatl, y   podían ser tanto hombres como mujeres. Para poder leer los códices, se les colocaba horizontalmente en el suelo, protegidos por esteras, así el tlacuino lector y los oyentes se situaban alrededor del códice y podían verlo en su totalidad. Los antiguos habitantes de Mesoamérica plasmaron en los códices su concepción del mundo, sus creencias religiosas, sus actividades comerciales e incluso cotidianas.
Para simplificar, podemos clasificarlos por la época en prehispánicos y coloniales. Los códices prehispánicos están realizados sobre papel de amate, piel de venado, tela de algodón y papel de maguey; los coloniales introducen el papel europeo, la tela industrial y el pergamino. Existían varios formatos: la tira de piel o papel de amate en composición horizontal, que se denomina banda cuando es vertical, y se llama rollo o biombo según la manera de guardarlo; el lienzo de tela de algodón; la hoja de papel; el panel, en el que se unen varios elementos del mismo material para obtener una superficie mayor.

Los códices, hechos con láminas de papel de amate o de piel de venado, dispuestas en forma de biombos de pequeñas proporciones y resguardadas en sus extremos por cubiertas de madera, eran verdaderos libros en los cuales las altas culturas de Mesoamérica registraban hechos mitológicos o reales. Los códices eran un medio de salvar del devenir de la historia, por medio de la línea y el color, la cronología, la ciencia astronómica, la mitología y las glorias militares con la consecuente tribulación de los pueblos sometidos, asegurando la continuidad del conocimiento mágico de los sacerdotes y afirmando la conciencia del poder temporal de los gobernantes. 
A la llegada de los españoles al continente americano -siglo XVI-existía ya una larga tradición en el ejercicio de la escritura, si bien con características diferentes a su evolución y desarrollo en el Viejo Mundo.
Los "libros" que asombraron a los españoles sólo tenían en común con los que ellos conocían, el aspecto exterior. Tanto el material escriptóreo empleado, como su estructura, presentaban  características completamente diferentes. Lo primero que debió impactar a los europeos fue el despliegue de imágenes fabulosas en brillantes colores negros, rojos, azules y amarillos en todas sus gamas. Pero esos "libros" (mal llamados códices) no se leían, en el sentido que damos hoy a la lectura. No tienen uniones gramaticales, ni sintácticas, ni estilo literario. Sus imágenes provocaban determinadas asociaciones de ideas; eran una especie de guía para la explicación oral realizada por un lector, previamente iniciado en el tema.

Los códices sirvieron para registrar acontecimientos históricos, genealogías de gobernantes, datos astronómicos, rituales religiosos, fechas calendáricas, adivinaciones, etc. Investigaciones posteriores  descubrieron glifos -signos de escritura" esculpidos en las famosas estelas que determinaban fechas y en las monumentales construcciones; símbolos de una civilización refinada y superior capaz de crear un exacto calendario solar, elaborar datos astronómicos, calcular el tiempo, utilizar el cero y desarrollar las matemáticas.

Línea y color
Igual que las de los murales, pero más finas y miniadas, las figuras de los códices constituyen un alarde de maestría de oficio de los tlacuilos que los hacían. El color, plano y sin matices, llena los espacios interlineales del dibujo, armonizado en contrastes decisivos, alegres y audaces casi siempre, como una prueba más de la sabiduría cromática que caracteriza a todos aquellos pueblos.
Línea y color son el alma del estilo. Por medio de estos elementos los aztecas, los mixtecas, los mayas, perpetuaron sobre el papel de amate o sobre la piel de venado el mismo espíritu estético que los diferencia en las otras manifestaciones artísticas... Pero no obstante las notas diferenciales de los códices de cada cultura, todos ellos, en general, están unidos por una común voluntad de forma, traducida en concepciones plástico-representativas similares. El lenguaje sensual de los libros mágicos no es fonético, por más que algunos signos se acercaron al convencionalismo que implica la representación de los sonidos, sino ideográfico: si se quería decir "cerro" se pintaba un cerro, estilizado, pero al fin un cerro; si "agua", un azul torrente con sus ondas; si "camino", las huellas oscuras de unos pies sobre una vereda; si "sacrificio", un hombre con el pecho sangrante claramente abierto por el pedernal del sacerdote.  De un solo golpe de vista se captaba una idea, por compleja que fuese.  Cierto es que algunas hay incomprensibles para nosotros, puesto que vivimos en un mundo distinto en el que no existen signos sensibles que nos relacionen con conceptos que perdieron vigencia hace tantos siglos.
Tan acostumbrados estaban los pueblos precolombinos a este sistema de lectura directa, figurativa, sensual, que durante todo el primer siglo de la Colonia los indígenas continuaron dibujando sus más importantes documentos comunales en forma de códices y hasta el fraile Jacobo de Testera predicaba ayudándose de "códices" católicos en los que el Padre Nuestro y el Ave María estaban descritos y no escritos, convertidos en imágenes sintéticamente dibujadas como en los antiguos libros indígenas.

Los códices originales, repartidos hoy día en varios de los museos más importantes de América y Europa, llevan nombres que en la mayoría de los casos nada tienen que ver con su carácter prehispánico, pero denuncian las vicisitudes por las que han pasado a partir de la Conquista. Estos nombres generalmente se refieren a sus descubridores, a los afortunados coleccionistas que los han poseído o a las bibliotecas en que actualmente se encuentran.

Técnica Nº 5 - Electro Y MMO

Escrituras  Precolombinas

Ilustraciones




martes, 5 de mayo de 2015

Obispo Molina 1º A


Trabajo práctico para realizarlo con lo visto en la clase y lo que tienen en la carpeta.


jueves, 16 de abril de 2015

5º 1º Técnica Nº5 - Flor roja de tallo verde

Una vez un niño fue a la escuela y era bien pequeño y la escuela era bien grande, pero cuando el niño vió que podía ir a su clase directamente desde la puerta de afuera, se sintió feliz y la escuela no le pareció tan grande. 
Una mañana, cuando él hacía poco que estaba en la escuela, la maestra dijo: 
—Hoy vamos a hacer un dibujo 
—¡bien!— Pensó el niño y a él le gustaba dibujar y podía hacer todas las cosas: soles, leones, gatos, gallinas, vacas, trenes y barcos y tomó su caja de lápices de colores y comenzó a dibujar. Pero la maestra dijo: 
—¡Esperen! No es hora de comenzar— y él esperó hasta que todos estuvieron listos. 
—Ahora vamos a dibujar flores— dijo la maestra. 
—Bueno— pensó el niño. A él le gustaba dibujar flores. 
Y comenzó a hacer bonitas flores con lápiz rosa, naranja, azul. Pero la maestra dijo: 
—Esperen, yo les mostraré como se hacen. ¡Así!— Y era una flor roja con tallo verde. 
—Ahora sí— dijo la maestra —Ahora pueden comenzar. 
El niño miró la flor de la maestra y luego la suya. Y a él le gustaba más su flor que la de la maestra. Y no reveló esto. Simplemente guardó su papel e hizo una flor como la de la maestra, roja y con el tallo verde. 
Otro día, cuando el niño abrió la puerta de afuera, la maestra dijo: 
—Hoy vamos a trabajar con plastilina. 
—¡Bien!— pensó él. Y podía hacer todo tipo de cosas con plastilina: culebras, muñecos, elefantes, autos y camiones. Comenzó a apretar la bola de plastilina. Pero la maestra dijo: 
—¡Esperen! No es hora de comenzar— Y él esperó hasta que todos estuvieron listos. 
—Ahora— dijo la maestra —nosotros vamos a hacer una víbora. 
—¡Bien!— pensó el niño. A él le gustaba hacer víboras y comenzó a hacer unas de diferentes tamaños y formas. Pero la maestra dijo: 
—¡Esperen! Yo les mostraré como hacer una víbora larga —Ahora pueden comenzar. 
El niño miró la víbora larga de la maestra, entonces miró la suya y a él le gustaba más la suya que la de la maestra, pero no reveló esto. Simplemente amasó la plastilina en una gran bola e hizo una gran vibora larga como la de la maestra. 
Así luego el niño aprendió a esperar y a observar y a hacer las coas como las de la maestra y luego el no hacía las cosas por si mismo. Sucedió que el niño y su familia se mudaron a otra casa en otra ciudad y el niño tuvo que ir a otra escuela. Esa escuela era mucho más grande que la primera, tenía rejas afuera y para llegar a su salón el niño tenía que subir escaleras y seguir por una corredor largo. Y justamente el primer día que él estaba allí, la maestra dijo: 
—Hoy vamos a hacer un dibujo. 
—Bien— pensó el niño y esperó que la maestra le dijera que hacer. Pero ella no dijo nada, apenas andaba por el salón. Cuando se acercó al niño ella dijo: 
—¿Tú no quieres dibujar? 
—Sí —dijo el niño—, pero ¿qué vamos a hacer? 
—Yo no sé hasta que tú lo hagas— dijo la maestra. 
—¿Cómo lo haré?— preguntó él. 
—¿Por qué— preguntó la maestra —de la manera que quieras. 
—¿Y de cualquier color?— dijo él. 
—De cualquier color— dijo la maestra —Si todos usasen los mismos colores e hiciesen el mismo dibujo ¿cómo se podría saber quién hizo qué y cuál sería de quién? 
—Yo no sé— dijo el niño y comenzó a hacer una flor roja con el tallo verde.

5º 1º Técnica Nº5 - El punto


5º 1º Técnica Nº5 - Clases

¿POR QUÉ LITERATURA?
“Traté al arte como una suprema realidad
y a la vida como una rama de la ficción”.
Oscar Wilde

En realidad deberíamos preguntarnos: ¿para qué leer?, o ¿para qué sirve leer literatura hoy? Algunos sostienen que la literatura es una metáfora de la vida y es quien mejor explica la existencia del hombre y de sus conflictos. Es quien intenta definir todo aquello que la ciencia moderna y la historia aún no han podido.

La lectura de obras literarias crea un espacio íntimo, personal, de juego recíproco entre el autor y el lector en la construcción de un aprendizaje único y a su vez múltiple, dado que la literatura, por un lado, permite una conexión de nuestras conciencias con ese "yo" secreto, inconsciente y desconocido que todos poseemos, y, por otro lado, abre infinitas puertas a la interpretación, a la recreación y a la búsqueda permanente ante los diversos interrogantes que ofreció, ofrece y ofrecerá siempre la vida.

Como dice el escritor italiano Italo Calvino: "La lectura abre espacios de interrogación, de meditación y de examen crítico, en definitiva: de libertad; la lectura es una correspondencia con nosotros mismos y no sólo con el libro, sino con nuestro mundo interior a través del mundo que el libro nos abre". A partir de este pensamiento, uno de los principales objetivos del presente cuadernillo es crear un espacio abierto a la reflexión, en el que sea posible el disenso, la contradicción, la pluralidad de lecturas y la pluralidad de voces en los textos propuestos. Allí se plantearán los problemas de los autores, de los sentidos, de las representaciones, de las interpretaciones y de las relaciones.

Por otra parte, como dice Marta Pasut en su obra Viviendo la Literatura, LA FUNCIÓN DE LA CLASE DE LITERATURA DEBE CONSISTIR EN RECUPERAR AL LECTOR PERDIDO. Quizás sea éste otro de los objetivos más importantes: la idea fuerza que moviliza un claro propósito de renovar la forma organizativa de un programa de Literatura, que se torne distinto, vital e interesante, capaz de invitar al alumno a que se involucre en la obra, la transforme, la protagonice, la revalorice y se convierta él también en parte de la misma a la hora de su recreación, de su análisis y de su crítica.

Ingresar al mundo de la literatura y a los mundos que ésta, a su vez, recrea, sugiere una manera diferente de ver "este mundo", es como ver a través de un calidoscopio: una nueva mirada y una forma distinta de aproximación al misterio de la vida, a la incógnita que constituye todo ser humano y al destino que éste debe cumplir inexorablemente.

En este marco, creemos que la literatura es un denominador común de la experiencia humana, tal vez porque en ella aprendemos aquello que compartimos como seres, como personas, aquello que es inherente a nuestra especie, más allá de las diferencias, las geografías, las circunstancias y los tiempos históricos. En la producción literaria se refleja la riqueza del patrimonio humano, el sistema de valores y creencias, los paradigmas culturales, el lenguaje, el paso del tiempo y las infinitas combinaciones que es capaz de lograr el genio creativo y manifestarse en una gran variedad de obras y de géneros.

Leer literatura implica abrir los ojos sobre aspectos desconocidos y ocultos de la condición humana, sumergirnos en sus misteriosos laberintos nos permite explorar, investigar y acercarnos tímidamente a una idea vaga sobre quiénes somos y qué caminos seguimos en este mundo. Leer es indagar, buscar respuestas para luego hacernos nuevas preguntas y evitar así el conformismo, la rutina y la superficialidad.

Quien se asoma a una novela, a un poema, a un cuento o al texto de una pieza teatral, descubre las huellas de otros seres, de otras vivencias y, a partir de ellas, nutre y enriquece su propia vida, porque es capaz de identificarse, de espejarse en otras experiencias, sentir en su propia piel las aventuras y las desventuras de personajes y de criaturas; el latir de pasiones y de sentimientos ajenos vividos como propios.

Por último, quisiéramos añadir y compartir con ustedes un pensamiento del destacado escritor latinoamericano Mario Vargas Llosa, quien señala: "La vida soñada de la novela es más bella, diversa, comprensible y perfecta que la real. Esta es, acaso, la mejor contribución de la literatura al progreso: recordarnos que el mundo está mal hecho y que podría estar mejor, más cerca de lo que nuestra imaginación es capaz de inventar". En esta reflexión se advierte un claro interés por darle a la literatura un importante papel en la construcción de sociedades más justas, más libres y más democráticas. La ficción revela una necesidad vital de acortar las distancias entre el mundo real y el mundo imaginado; la búsqueda incesante de darle a nuestra existencia la misma forma que tiene nuestra vida imaginaria.
La literatura es, desde esta perspectiva, una fuente inagotable de recursos que actúa como el mejor de los antídotos contra los prejuicios, el racismo, los sectarismos políticos, las diferencias religiosas y, en definitiva, contra todo tipo de exclusión social.

LITERATURA: CONCEPTO

Para muchos investigadores, existen dos aspectos que definen la literatura y la diferencian de los restantes discursos sociales: su carácter ficcional y su finalidad estética. El término ficción (=acción y efecto de fingir) significa originariamente "inventar" y "representar". También significa dar forma, concebir, educar y adiestrar. Por ello, la literatura puede abarcar todos estos conceptos y más. En términos generales se dice mucho acerca de ella y una gran cantidad de estudiosos han querido aproximarse a una definición:
a) La literatura es el arte hecho con palabras.
b) La literatura son los pensamientos y sentimientos del autor expresados en palabras.
c) La literatura transmite mensajes, nos enseña a cuestionarnos la vida.
d) La literatura transmite valores.
e) La literatura son las historias imaginadas, inventadas por un autor.
f) La literatura es una construcción de palabras o discursos bellos.
Éstas y otras tantas creencias y definiciones se encuentran en diversos manuales, enciclopedias y libros que intentan acercarse a una mediana explicación sobre lo que significa LITERATURA. Se trata de representaciones sociales que permiten establecer qué es la literatura, en tanto que particular práctica social, para una comunidad determinada. Desde este enfoque, LOS  TEXTOS SON LITERARIOS CUANDO UNA SOCIEDAD, UNA CULTURA ASÍ LO DISPONE.

EL MUNDO DE LA FICCIÓN

Se caracterizan como ficciones todos aquellos discursos en los que se construyen acciones o acontecimientos imaginarios, que son producto de la invención o recreación imaginativa de un sujeto singular o colectivo. Con el nombre de no ficción, en cambio, se designa al discurso en que se reconstruyen situaciones reales, efectivamente ocurridas.
La DIFERENCIA ENTRE LA FICCIÓN Y LA NO FICCIÓN (por ejemplo, el género discursivo histórico) en ocasiones se advierte sin dificultad. En un caso, encontramos hechos, personajes, lugares y tiempos imaginarios. En el otro, reales. Se trata de mundos claramente distinguibles. Sin embargo, hay casos en que esa distinción es menos evidente. La ficción y la no ficción se aproximan o se confunden.
El discurso literario no representa el mundo REAL. Lo que representa es un mundo POSIBLE,  IMAGINARIO (inventado). Por eso se separa de los otros discursos sociales (el histórico, el científico) que pretenden dar cuenta del mundo real.
La literatura, entonces, es una especie de simulación del que todos, autores y lectores, tenemos conciencia. Mediante
ella se simula decir y leer algo verdadero sobre algo que no existe, salvo en la literatura. La ficción, por lo tanto, no es lo contrario de lo real, sino que representa la imagen que de lo real puede construirse.
Por otro lado, cuando hablamos de literatura debemos referirnos a su finalidad estética. Ésta se manifiesta en el modo en el que se aprovechan todas las posibilidades de la lengua: semánticas, sonoras, sintácticas, morfológicas, gráficas, etc. Por ejemplo, las reiteraciones de sonidos y de construcciones, las metáforas, la disposición de las palabras en la página. Por medio de la finalidad estética, la literatura se repliega y se centra en su propio mensaje.

La finalidad estética está vinculada con el llamado "placer estético". El que lee una novela, un poema, un cuento o el texto de una pieza teatral, experimenta un deleite ante un texto que está bien escrito; es decir, la obra literaria al igual que las obras artísticas en general, es capaz de crear y de generar por sí misma, mediante múltiples y armónicas combinaciones de palabras y de giros lingüísticos, un particular y único goce estético.
Un ejemplo lo representa la siguiente poesía de la cantautora argentina Eladia Blázquez. En ella, la poetisa enfatiza un canto a la vida, un llamado a merecerla y a arriesgarse por los valores que la sustentan. Tras una original disposición de las palabras y un sutil juego de significados, logra musicalidad, ritmo, elegancia y, en suma, belleza.

RELACIÓN LITERATURA Y REALIDAD:

La naturaleza ficcional y la finalidad estética otorgan a la literatura un carácter autónomo, independiente de la realidad.
Dicho de otro modo, la literatura no se relaciona directamente con la realidad. Pero esto no significa que no exista ninguna relación entre ambas.

La relación entre la literatura y la realidad es indirecta, pues establece una vinculación con distintos discursos sociales vigentes en la época: discursos históricos, políticos, religiosos, morales, jurídicos, periodísticos. Podemos señalar además que el discurso literario, al representar una realidad imaginaria o recreada, se conecta con otros discursos y al hacerlo, manifiesta su acuerdo, su desacuerdo o su propósito de transformarlos. Por eso, para leer (comprender y disfrutar) la literatura, se necesita también leer o conocer los otros discursos sociales que la rodean.

Ahora bien, ¿cuándo una obra es literaria? En principio, diremos que cuando reúne todas las características mencionadas anteriormente (ficción, finalidad estética, conexión con otros discursos sociales). Pero para que una obra sea considerada literaria debe someterse a determinados juicios de valor. Los gustos, las opiniones, las valoraciones, los juicios estéticos, son difundidos por instituciones tales como la escuela, la universidad, las revistas literarias, las editoriales, las agrupaciones de escritores, los medios masivos de comunicación, entre otras. En cierta medida, estas instituciones imponen sus valoraciones al resto de la sociedad.
Se supone que en estas instituciones hay especialistas (los docentes, los críticos literarios) que saben del tema y, por esta razón, sus opiniones logran un mayor peso y se imponen ("Si lo dijo tal…"). Pero las instituciones y los críticos cambian con el tiempo sus valoraciones. Más allá de las variaciones y de las diferencias que se producen, cada institución establece un "canon de lectura", es decir un listado de libros y de autores que son considerados obras literarias y que, por eso, vale la pena leer

EL ESCRITOR, LA OBRA Y EL LECTOR

El escritor es la persona real, existente, que produce literatura. Aunque en realidad todos escribimos, en nuestra cultura se reserva la denominación de "escritor" a aquél que hace literatura. Esto demuestra el valor que se le da a la escritura literaria.
El escritor es el que inventa seres de ficción: el "yo" que habla en la poesía, el narrador de un cuento o una novela y los personajes que dialogan en una obra de teatro. Es decir, que el escritor se vincula con los lectores de manera indirecta a través de seres imaginados que plantean situaciones ficticias.
Por otro lado, el lector cierra el circuito que comienza con el escritor. De este modo, él es el destinatario de la obra y su lectura está, en principio, determinada por la propuesta textual construida por el escritor e, incluso, por lo que señalan las instituciones (qué conviene leer, cómo debe interpretarse, cómo debe valorarse). Pero, una vez que el libro llega a manos del lector, éste tiene la libertad para apropiarse de la obra de diversas maneras: puede intentar interpretar los sentidos que esta encierra (algunos claramente visibles, otros que requieren de un trabajo más arduo para ser encontrados), o puede tratar de encontrar en los textos literarios algunas respuestas a sus propias búsquedas o interrogantes o, simplemente, deleitarse con su lectura.
Cada lector, entonces, interactúa con el libro como quiere: al leer toma algunos aspectos, deja otros, hace varias lecturas e interpretaciones, etc. La obra literaria se termina y se completa con la lectura de cada lector.

LOS GÉNEROS LITERARIOS

Tradicionalmente, se ha establecido una clasificación muy general de las obras literarias. Según esa tipificación clásica, los textos se reúnen en tres géneros: el narrativo, el lírico y el dramático.

Cabe señalar que esta división en géneros ha sido seriamente cuestionada en las últimas décadas por diversos críticos y estudiosos de la literatura, quienes observan cierta "estrechez" de los géneros para abarcar la multiplicidad y la complejidad de las distintas creaciones literarias a lo largo de la historia. Al respecto, el crítico Kurt Spang señala en su obra Géneros Literarios: "… un problema engorroso para el estudioso de los géneros es el número casi inabarcable de géneros, subgéneros y subdivisiones de éstos y, a veces, la diversidad de designaciones para el mismo fenómeno".(6)
Sin embargo, los géneros se encuentran entre las categorías más antiguas utilizadas para sistematizar la creación literaria. A partir de la necesidad de ordenar las obras literarias para su estudio, los géneros funcionan como un criterio sencillo y medianamente eficaz. También funcionan como guías de lectura, a partir de los diversos "contratos o pactos de lectura" que cada género establece tácitamente con los lectores, que determinan el comportamiento y las expectativas del lector, dado que no es lo mismo leer una novela, un poema o una obra de teatro.

CARACTERÍSTICAS DE LOS GÉNEROS

Género narrativo
La situación básica que subyace en todos los textos  narrativos es la de contar historias. Es decir, nos encontramos siempre con una historia narrada por alguien, comúnmente llamado narrador. Este se constituye en intermediario entre la historia y el lector.
Las formas más tradicionales de la narrativa son el cuento y la novela, aunque también se incluyen en este género las fábulas, las leyendas y los mitos.

Género dramático
Incluye las obras pensadas y elaboradas para su posterior  representación. La historia se construye a través de diálogos que sostienen los personajes. A diferencia del género narrativo, el dramático no cuenta con un narrador intermediario y la historia se hace presente a partir de la misma acción dramática. Las formas más comunes son la tragedia, la comedia y el drama. También pertenecen al género dramático la farsa, el sainete y el grotesco.

Género lírico
Éste es el género más difícil de definir y caracterizar. Es una expresión estética que delinea vivencias, emociones, sentimientos,  reflexiones a partir de la voz de un "yo" íntimo, personal y subjetivo. Por lo general, la lírica es breve e intensa. La sugerencia, el estímulo creativo y la insinuación son los típicos recursos líricos. Predominan la composición en verso, la musicalidad, el ritmo y una fuerte combinatoria de efectos sonoros relacionados con el significado de las palabras.

Pertenecen al género lírico los sonetos, los romances, las odas, las elegías, los himnos, los epigramas, las églogas.

5º 1º Técnica Nº 5 - Cuento Clase 16/04/15

Génesis



Con la última guerra atómica, la humanidad y la civilización desaparecieron. Toda la tierra fue como un desierto calcinado. En cierta región de Oriente sobrevivió un niño, hijo del piloto de una nave espacial. El niño se alimentaba de hierbas y dormía en una caverna. Durante mucho tiempo, aturdido por el horror del desastre, sólo sabía llorar y clamar por su padre. Después sus recuerdos se oscurecieron, se disgregaron, se volvieron arbitrarios y cambiantes como un sueño, su horror se transformó en un vago miedo. A ratos recordaba la figura de su padre, que le sonreía o lo amonestaba, o ascendía a su nave espacial, envuelta en fuego y en ruido, y se perdía entre las nubes. Entonces, loco de soledad, caía de rodillas y le rogaba que volviese. Entretanto la tierra se cubrió nuevamente de vegetación; las plantas se cargaron de flores; los árboles, de frutos. El niño, convertido en un muchacho, comenzó a explorar el país. Un día, vio un ave. Otro día vio un lobo. Otro día, inesperadamente, se halló frente a una joven de su edad que, lo mismo que él, había sobrevivido a los estragos de la guerra atómica. 
- ¿Cómo te llamas? -le preguntó. - 

Eva, -contestó la joven

- ¿Y tú? 

- Adán.


Marco  Denevi

5º 1º Técnica Nº5 - Estrategias de lectura

Actividades para la comprensión de un texto.

Actividades antes de la lectura

En esta etapa, lo importante es activar los conocimientos previos y formular los propósitos del texto que nos presentan. -¿Qué es activar los conocimientos previos? Es entregar información que ya se conoce sobre un tema. -¿Qué es formular propósitos? Es señalar lo que esperas del texto.
En definitiva, en esta etapa de la comprensión lectora, el debieras responder a las siguientes preguntas: - ¿Qué sé de este tema? - ¿Qué quiero aprender?

Actividades durante la lectura

En esta etapa el lector se está enfrentando al texto y comienza a ver si lo señalado en las actividades de la etapa anterior concuerda con la lectura. Así, comprueba si la información entregada a partir de la activación de los conocimientos previos coincide con lo que le está entregando el texto.
Otra actividad que se realiza durante la lectura es la siguiente: Comenzar a leer y detenerse en el primer párrafo o en la mitad de la historia, para realizar preguntas como: ¿qué pasará a continuación? Así, realizarás supuestos o conjeturas de lo que viene a continuación. También es de gran utilidad contar en voz alta lo que se ha leído para ver qué se ha comprendido en el momento. La realización de preguntas sobre el contenido del texto ayudan mucho para ir entendiendo mucho mejor los hechos o sucesos que van ocurriendo.

Actividades después de la lectura

En esta etapa, el lector está en condiciones de responder a las siguientes preguntas: ¿Cuál es la idea principal? ¿Cuáles son las ideas secundarias?
Se trata organizar de manera lógica la información contenida del texto leído e identificar las ideas principales, es decir las más importantes, y las secundarias, aquellas que aportan información que no es fundamental en la historia (pueden ser descripciones de los personajes, del ambiente, de los acontecimientos, etc.). Para esto, se puede organizar la información realizando las siguientes actividades:
1. Hacer resúmenes: ordena y reduce la información del texto leído, de manera tal que dejes sólo aquello esencial. Escríbelo nuevamente.
2. Realizar síntesis: al igual que el resumen reduce la información de un texto, pero utilizando palabras propias.
3. Hacer esquemas: convierte la información en listas de acciones agrupadas según lo sucedido.
4. Hacer mapas conceptuales: ordenar las ideas principales en cuadros que se relacionarán por medio de flechas con las ideas secundarias encontradas.

Estrategias generales para realizar una buena lectura de un texto

- Lectura del título del libro: con el fin de imaginar de qué se puede tratar el texto. - Lectura del texto completo sin detenerse: para lograr una idea general. - Separar y numerar cada uno de los párrafos del texto. - Subrayar en cada párrafo la idea principal o lo más importante del texto. - Colocar comentarios frente a los párrafos si son necesarios para tu comprensión. - Colocar títulos y/o subtítulos a los párrafos separados. - Después de leer, examinar las actividades realizadas anteriormente. 

lunes, 13 de abril de 2015

Pájaros prohibidos - 5º 1º Técnica nº 5

Hola. Les dejo un video del cuento que vino en la clase del lunes.



Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen en la entrada de la cárcel.
El domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en la copa de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas.
—¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?
La niña lo hace callar:
—Ssshhh.
Y en secreto le explica:
—Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.

Tipos de comunicación - 3ºB Ildelfonso de las Muñecas

Hola, chicos. Les paso lo prometido de la clase del 13 de abril.
Tipos de comunicación y las competencias del emisor y destinatario.